¿Viajar con mascotas, sí o no?
Hola, soy Mile y este es un mensaje a tu futuro “yo viajero” en caso de volar con algunas patas extras!
Desde que tuvimos la idea de migrar, supimos que nuestros dos gatos (el Pelu y la Negri) tenían que viajar con nosotras. Nos fuimos en el 2023 (post pandemia). Empezamos a averiguar y leer por todos lados, y descubrimos que si pesaban menos de 8 kilos podían viajar en cabina con nosotras, parecía ser la mejor opción. (ojo, revisen segun la aerolinea que viajan)
Sacamos los pasajes y pagamos un extra, como si de un equipaje se tratara, por cada gato. Elegimos la aerolínea porque era la más recomendada para viajar con mascotas, pero no tenía vuelo directo, hacía escala en Madrid, así que hacíamos Buenos Aires – Madrid – Barcelona.
Hicimos todos los trámites, veterinario, vacunas, SENASA, le pusimos el chip, pagamos las tasas correspondientes y con toda esa información armamos una carpeta por cada gato.
El día del viaje llegó, teníamos que estar 4 horas antes en Ezeiza porque así te lo piden cuando viajas con mascotas. Les habíamos puesto a cada uno en la base de sus bolsos de viaje varios paños absorbentes por si necesitaban ir al baño. Unos minutos después de salir, ya arriba del auto, el Pelu se hizo pis, con tan mala suerte que fue en una esquina del bolso donde el paño no absorbió nada, y le mojó el jean a mi señora, que se tuvo que cambiar en el baño del aeropuerto. Ya en Ezeiza pasamos nuevamente por SENASA, nos controlaron todos los papeles de los gatos y pagamos más tasas para viajar, después hicimos el check-in y siguieron los pasos normales de un viaje internacional.
Nos tocó viajar al fondo del avión que se movía bastante. La Negri maullaba asustada en su bolsito entre mis pies, pero con el ruido del avión sus maullidos apenas los escuchábamos nosotras. El Pelu se había convertido en estatua, también por el susto, y no se movía de su lugar dentro de su propio bolso.
En eso veo que la Negri había hecho ‘el dos’ en el bolso, pero hasta que no tomara altitud el avión no podía llevarla al baño. En el baño del avión la saqué de su bolsito, la limpié y le cambié el paño absorbente. Ella estaba muy asustada y no entendía nada en ese pequeño lugar. Guardarla en su bolso de nuevo, fue bastante difícil, ya que en ese momento empezó a haber turbulencia.
El resto del viaje transcurrió bastante bien, el Pelu seguía en modo estatua, y la Negri se quejaba maullando cada tanto, le abríamos un poco el bolso para que saque su cabeza, y con eso se empezó a calmar un poco. Le habíamos puesto a cada uno un pretal atado desde adentro del bolso para que no se fueran a escapar.
Faltaba hacer la escala en Madrid y para subir al avión que nos traía a Barcelona solamente nos pidieron un papel que nos entregaron en Ezeiza, pero no hubo mayores problemas. Finalmente llegamos, excepto que nos faltó una de las valijas despachadas, que por suerte terminaría llegando 18 días después. (Nota de color: es mejor no decir que vivis aca para que te paguen los gastos hasta que aparezca).
Por supuesto que todo el viaje fue muy estresante para todos, pero hoy estoy muy feliz de que el Pelu y la Negri estén acá con nosotras. Son parte de nuestra familia, sé que ese día no la pasaron bien, pero al mirar atrás es solamente un día y no cambiaría nuestra decisión.
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