En tierras neozelandesas, llegué a Auckland donde a los 5 días luego de hacer los papeles del banco y demás viajé a Bay Of plenty a trabajar en una plantación de kiwis, para luego continuar en una de las packhouse más importantes de la región trabajando en el “repacking”. Nuevamente conocí personas de todas partes del mundo, culturas que pensé no iba a conocer en la puta vida, y fue mi primer contacto con la Comarca del Sr Frodo. Posteriormente, migré a la isla sur a Queenstown. Vivir allí es un sueño. Ahí tuve uno de los trabajos que más he disfrutado, el Bungee Jumping (Puentismo), donde tenía saltos al vacío de más de 100 metros GRATIS, por ser trabajador, claro.

Pasé por varios trabajos, desde acomodador de supermercado, camarero, calidad de una fábrica de galletas, de operario en una bodega, hasta mi último trabajo que era en una granja cerca de Timaru. En este último trabajo, consistía en despertarme sumamente temprano, ir a la granja, y según las indicaciones del supervisor, llevar las vacas a la zona de ordeñe. Ese trabajo se hacía en moto ya que a veces las parcelas donde estaban pastando las vacas estaban lejos. Como había pasado un año desde mi ingreso a NZ, mi seguro anual de salud estaba vencido. Nota: Es condición tener un seguro a la hora de entrar a NZ con WH que te lo pueden pedir como que no en el aeropuerto, y como extendí tres meses más mi visa, estuve prácticamente una semana sin seguro porque al contratar un seguro, hay un periodo de carencia en el que no se puede usar. 

Justo en esos pocos días, andando en moto en la granja arreando vacas, atravesé una manguera de agua, perdí el control, y me incrusté el manubrio de la moto en el pecho. La caída fue muy tonta, pero el dolor no tanto. Minimizando el impacto y por no hacer tanto lío por una caída estúpida no le di importancia, pero el dolor me estaba matando. Terminé de arrear las vacas, y le envié un mensaje de texto a mi superior, contando lo que me había pasado, que estaba bien, pero que por el día iba a dejar de trabajar. Lo entendió perfectamente, me preguntó si quería ir al médico, y le dije que no. ¿Qué hice? Pues me tiré en la van a descansar y ver qué dolor se fuese para poder manejar los 7 minutos que tenía hasta mi casa. EL DOLOR NUNCA SE FUE, y me quedé toda la noche en el coche.

Al otro día, las actividades de la granja se retoman a las 3-4 am, le envié un mensaje a mi superior que aún estaba en el parking de la granja en mi auto, que si quería ir a un médico. Afortunadamente, accedió, y vino una ambulancia por mi.

Al llegar al hospital, tenía que lidiar con la terminología clínica en inglés, algo que no conocía (las partes del cuerpo en inglés, no eran suficiente). ¿Cuál fue el cuadro? Perforación de bazo, y entre 7 y 9 costillas fracturadas. Si, todo eso con un ridículo golpe. El doctor me dijo que si hubiese esperado más tiempo no la contaba. No termina acá, como el hospital rural era de pequeña complejidad, no me podían atender ahí, y el próximo hospital estaba a 400 kilómetros, y me tenían que llevar en helicóptero. En ese momento, y con el dinero justo, pensaba ¿cómo te voy a pagar esto?. Estaba solo (porque la mayor parte de mi viaje, lo decidí así), mantenía whatsapp con mis hermanos sin preocupar a mis padres, pero no había otro remedio que tomar el helicóptero, lo cual hice pero dado el dolor que tenía y que en mi cabeza solo escuchaba el ruido de las monedas como una máquina tragamonedas, no disfruté mi primer viaje en helicóptero.

Una vez en el hospital de Christchurch, no hizo falta extirpar el órgano por suerte, pero estuve una semana bajo supervisión, y un mes en recuperación en casa de la granja. En todo momento, el dueño de la granja y mi superior estuvieron pendientes de mi recuperación, y todo fue aceptado -gracias a dios- como accidente laboral, porque estaba en blanco en esa granja, pero con el seguro privado personal sin poder usarlo. De no haber sido por el seguro laboral, seguramente aún estaríamos junto a mi familia viendo cómo pagar todo esto.

Recientemente he vuelto a leer que un compatriota chileno falleció en NZ, y que al no tener seguro, los familiares tienen que pagar la repatriación del cuerpo. He visto también noticias en México, en Tailandia con argentinos que han tenido similares desenlaces y han fallecido en otros países. ¿Qué posibilidad hay que te toque a vos? Muy pocas, pero lamentablemente puede pasar!

Contar con un seguro de repatriación, pagar un poco más al gasto de tu viaje, le va hacer la vida un poco más amena a tus seres queridos frente a la angustia que pueden pasar frente a las pocas posibilidad de un fatídico incidente en tu viaje. Por favor, pensalo y saca el seguro antes de viajar.